viernes, 25 de septiembre de 2020

Capítulo 6

 


Todo el pueblo acompaña a Fernando y a Jacinto en el entierro de Altamira. Pablo  quiere ocupar el lugar al lado de Fernando pero éste lo saca de su lado con desprecio. Está seguro que la muerte de su querida viejita es culpa de él por haberse dejado llevar y haber olvidado por un momento sus planes en brazos de Pablo . No puede dejar de llorar y a Pablo  le duele que él no lo quiere a su lado. Fernando se siente muy mal y reprocha a sus padres estén dónde estén que lo hayan castigado donde más le duele:

--¿porque ella y no yo? --dice para sí.

Fernando mira con pena a Jacinto que está deshecho llorando al amor de su vida. Pablo  es el que más lo consuela. El anciano se mantiene alejado del que todos creen que es su nieto. Fernando lo quiere apoyar pero no se atreve. El anciano se derrumba justo en el momento que son bajados a su tumba el ataúd que contiene los restos de su esposa, Pablo  y otros vecinos lo apoyan. En algunos momentos Fernando ha sentido la dura mirada de Jacinto como culpándolo de la muerte de la anciana lo que aumenta la angustia del joven. Fernando pone su mano en el ataúd y dice para él:

--gracias por todo, perdóname.

Y mientras el ataúd es cubierto de tierra Fernando renueva su juramento. Mira al cielo:

--mi viejita --dice para él-- tú ahora estás con mis papás y yo quisiera ir con ustedes pero me tengo que quedar aquí porqué tengo mi misión y no me tengo que distraer. No estoy aquí para vivir un romance, la felicidad no se escribió para mi y no tengo que olvidarlo.

La gente del pueblo va dando su pésame tanto al chico como al anciano. Pablo  quiere dar un beso a Fernando pero éste se aparta de él y sigue su camino. Pablo  lo mira lloroso. Fernando sólo mira hacia atrás para mirar a Jacinto para no dejar solo al anciano pero éste se va por el lado contrario para dejar claro a su nieto postizo que no quiere estar con él. Fernando llega a su casa solo. Se siente perdido. No sabe que es lo que va a hacer. Pasa el dia sólo y muy nervioso. Se tumba en la cama y se vuelve a levantar. Quiere darse una ducha pero apaga el grifo, vuelve a la cama, se levanta y prende la tele y se tumba en el sofá. Apaga la tele y agarra una revista. La tira al piso y se levanta. Se acerca al televisor. Encima hay un retrato de él y la anciana. Agarra esa foto con ojos llorosos:

--perdoname,  nunca debí aparecerme en tu vida. Nunca debí permitir que tú fueras arrastrada por mi mala suerte.

El chico le da vueltas una y otra vez a la trágica noche de la pérdida de sus padres, el momento en el que se entregó a Pablo . Se golpea la cabeza con las manos:

--¡¡maldito seas Pablo ¡¡ ¡maldito ¿porque te cruzaste en mi camino?¿porqué?

El guapo chico cae al piso de rodillas llorando sangre. Tocan a la puerta. Va a abrir secándose las lágrimas seguro que es Jacinto y se molesta mucho al ver a Pablo . Le quiere cerrar la puerta pero él entra.

--¡¡vete¡ ¡¡no te quiero ver¡¡

Fernando lanza todo el dolor que siente contra el joven a la que lastima con su rencor.

--Fernando, deja que te ayude. Te traje algo de comer..

Fernando mira el plato que el adolescente lleva en su mano.

--lo preparé con mucha ilusión y espero que te guste.

Fernando agarra ese plato y lo tira al piso:

--¡mira lo que hago con tu mugrosa comida¡¡

Todo ha quedado por el piso y Pablo  siente mucha pena. Fernando la va empujando hacia la calle:

--¡¡largo, no te quiero volver a ver, pinchr joto¡¡

Pablo  lucha por hacerle sentir al chico que lo ama:

--¿porque cambiaste tanto? yo sentí tu amor...

Fernando quiere herirlo. Le da golpes en la cabexa:

--¡¡fue sexo, sexo¡¡¡¡que se te meta en la cabeza, jotito¡ ¡¡sólo sexo¡¡¡eres una puta y te di lo que querías. Con lo puta que eres te le regalarás a todos los machos que conozcas. Esa será tu misión en la vida. Dar placer a los machos. Largo de mi vida pinche joto¡

Y Fernando le cierra la puerta en las narices y por una parte le duele el llanto del adolescente y por otro siente que es lo que tengo que hacer.

--¡¡¡tengo que odiarlo¡¡ ¡¡es por culpa de este joto que se me murió mi viejita¡¡ ¡¡si ese escuincle  no se hubiera metido en mi vida yo jamás habría olvidado mis objetivos¡¡

Abre el cajón en el que tiene guardado la medalla de su niñez. Lo mira pero no lo toma. Tiene clavada en su mente el medallón del hombre que mató a sus padres, el ataúd de Altamira, la entrega de Pablo  Cae a la cama abrazado a la almohada llorando como un niño. Está así horas. Hasta que oye que entra Jacinto



Fernando se seca las lágrimas y se acerca a la cocina. Jacinto toma un vaso de leche. Ignora al joven. Fernando lo mira tenso:

--¿como te sientes?

Sin mirarlo y muy furioso, Jacinto le dice:

--¡¡pésimo¡¡

Fernando no sabe qué decirle. Jacinto lo iba a dejar solo y Fernando le dice:

--¿quieres que me vaya?

Con mucho desprecio Jacinto le dice:

--¿¿dónde vas a ir si eres un bueno para nada?

--eso no importa. pero si me lo pides me voy.

Indiferente y sin mirarlo Jacinto dice:

--Mi Altamira te quiso, así que puedes quedarte todo el tiempo que quieras pero no esperes nada de mi, para mi no existes. Lo único que tenía lo perdí.

Fernando se queda solo y triste.


Fernando tiene muy mala noche, sus pesadillas sobre la muerte de sus padres se repiten una y otra vez. Se duerme con los primeros rayos del sol. Al rato tocan a la puerta. Tocan muy insistentemente. El guapo chico sale de la cama totalmente desnudo. Se envuelve en una sábana y va a ver quien es que no deja de tocar.

--¡¡ya voy  ya voy¡¡ --dice con muy mal humor-- ¿quien debe ser el pesado?

Le molesta pero no le sorprende que sea Pablo :

--¡¡tenías que ser tú¡¡ --dice con muy desprecio.

Pablo  pone el pie entre la puerta para que no la pueda cerrar.

--¡¡Fernando,  deja que te ayude¡¡

--¿¿¡Otra vez tú??¡¡ es que no te cansas de molestar?¡¡

--¡¡te amo¡¡ --llora.

--¡¡los jotos como tú no saben amar¡¡ yo ya te usé no me sirves. Busca a otro para que te use y luego te tire. Es para lo único que sirves¡

Y cierra la puerta con tanta violencia que si el adolescente no aparta el pie se lo rompe




Semanas después... Pablo  va a casa de Fernando. No lo ha vuelto a  ver. Fernando no sale de la casa. Pablo siempre toca a su puerta pero nunca le abre nadie. Toca la puerta y como siempre no se abre. Se da cuenta que la puerta de la cocina está abierta. Nunca había estado tanto tiempo sin ver al chico y ya no puede más. Entra.

--¡¡Fernando¡¡

El guapísimo chico está en la ducha y no oye nada.  Y Fernando sale de la ducha totalmente desnudo y humedecido y se miran. Pablo lo mira con amor, con deseo.

--Fernando... yo...

Y la situación es excitante para los dos. Fernando lo acaricia con mucha ternura:

--no digas nada.

Y Fernando toma al muchacho  entre sus brazos y lo lleva en su cama y Pablo se siente amado. Fernando grita al estar dentro de ese adolescente que se retuerce de dolor. A Fernando le mueve la ternura por la entrega de él y también le excita sentirse poderoso ya que ese sumiso adolescente le deja hacerle lo que quiera sin importarle lo mucho que le duela. No ha tenido sexo con nadie y le sirve de desahogo. De descarga. A los dos los une el amor y la pasión. Y mientras Fernando goza por segunda vez en brazos de Pablo , Jacinto está en mitad de la plaza cuando siente un punzada en el pecho y cae fulminado en el piso. Fernando y Pablo  caen el uno en brazos del otro retorciéndose de placer. Pablo lo acaricia:

--mi amor, yo sabía que ibas a recapacitar y ahora cuando...

Fernando lo interrumpe. Se pone los pantalones y le tira la ropa al muchacho con desprecio:

--¡¡vete, no te quiero volver a ver¡¡

Pablo  se levanta y lo abraza por la espalda:

--¡yo sé que tú me amas¡

Fernando se aparta:

--¡¡vete¡¡

--¡¡no¡ ¡¡yo no me voy de aquí hasta que aclaremos nuestra situacion¡

Y a pesar que está desnudo, Fernando lo carga y lo lleva hacia la calle.

--¡¡no me hagas esto Fernando¡¡

El muchacho  está seguro que no será capaz de hacer lo que parece, pero Fernando deja a Pablo  desnudo en mitad de la calle:

--¡¡que otro te baje la calentura, pinche Joto¡¡

Fernando le tira la ropa y cierra la puerta dejando a Pablo  deshecho que se viste entre las burlas y los insultos de la que pasa.  Fernando queda en la casa alterado. Se lleva las manos a la cabeza:

--¿porqué?¿porqué? ¿¿que me ha hecho ese niño que me hace olvidarme de lo que debo hacer?¿¿qué?

Mira la foto de su viejita:

--perdóname--llora.

Y en ese momento llega un vecino muy alterado para comunicarle la muerte de Jacinto. Fernando se queda sin habla. No puede creer que esto le pase a él de nuevo.




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