viernes, 25 de septiembre de 2020

Capítulo 18

Emilio está despidiendo a Simón:

--creo que será mejor que yo guarde esa carta. Es muy importante. --Simón.

Emilio se aferra a esa carta.

--No, yo sabrá cuidar de ella.

Simón lo mira con intensidad. Se había dado cuenta que Emilio se había sentido atraído por él y trata de seducirlo con discreción para tenerlo de su lado. No imagina que Fernando le gusta más y Emilio sabe que esa carta es la clave para tener un acercamiento con Fernando:

--Esa carta es mía, yo la guardaré.

--está bien pero no olvides tu juramento..Nadie debe verla y menos tu hermano. No sabemos aún de quién podemos o no fiarnos.

--de mi hermano sí.

--pero su esposo es un desconocido,  eso no lo olvides. Tú sólo debes hacer lo que yo diga.

Emilio hace que sí pero se está muriendo por Fernando. Ya en la puerta, Simón sentencia:

--cuida y protege esa carta como si fuera tu vida.


Fernando, mientras, se está dando un regaderazo para tratar de sacarse el enojo por lo que ha ocurrido en la lectura del testamento. Se da golpes con la cabeza en la pared.

--¡¡Maldita sea¡ ¡¡el abogaducho ese ha tenido que estropearlo todo¡¡ ¡¡Ya la carta era casi mía¡ ¡¡Yo no voy a permitir que ese abogado se aproveche del infeliz de Emilio y lo convierta en una máquina de matar como el padre¡¡

Se da un buen chorro de agua en la cara, traga un poco que después escupe..

--¡¡maldita sea, esa carta esta perdida¡¡ ¡¡Simón se la habrá quitado a ese retrasado¡¡ ¡¡pero aunque me tenga que hacer lo que sea con ese infeliz yo voy a descubrir todos los secretos del asesino de su padre¡

.







,











,








,





Emilio va subiendo a su recámara. Una sirvienta va a entrar en el cuarto del matrimonio pero Pablo  lo retiene:

--¿necesita algo? 

--les quería preguntar si necesitaban algo, sábanas, toallas y estas cosas.

--luego le digo,  es que mi esposo está en la ducha.

Emilio lo escucha y vibra de deseo al imaginarse a ese bellezón de la naturaleza desnudo:

--Daría mi vida por ver a ese bombón desnudo. --va pensando.

Pablo  no se da cuenta del deseo que su hermano siente por su esposo. Sigue hablando con la sirvienta:

--la acompaño a la cocina, es que quiero supervisar la comida de mi esposo.

Las dos se van por el otro lado, Emilio se queda frente a la puerta del cuarto de deseo. Se estremece al pensar que sólo una puerta le separa del cuerpo desnudo de ese hombre que tanto ama.

--¿que podría hacer para verlo desnudo? ¿y si entro con cualquier excusa? pero tiene que ser muy buena... ¿y si se enoja?

Sonríe pícaro. Mira esa carta que tiene en las manos:

--Fernando tenía mucho interés en eso y todo tiene su precio. Si se enoja no la verá...

Piensa en llamar pero no lo hace:

--ojala pueda verlo desnudo aunque sea unos segundos, sólo con eso ya me sentiré satisfecho.

Entra sigilosamente para tomar de sorpresa a Fernando. Oye la ducha. Entra muy excitado. Los cristales de la regadera son transparentes y se ve el cuerpo desnudo de Fernando. Emilio se lo queda mirando. Por el cristal pero lo ve todo y está muy caliente. Y Fernando sale en ese momento, desnudo,  mojado. Emilio clava sus ojos en los genitales de Fernando. Jadea. Su mirada excitada hiere demasiado a Fernando. Tiene la toalla lejos, y se tapa con las manos. No se mueve.

--¡¿qué haces aquí?¡¡

Fernando es muy agresivo, Emilio está asustado:

--perdón no te quería molestar. No sabía que estabas en la ducha.

Fernando se cubre sólo con una mano y con la otra le señala la regadera:

--¡¡pero debiste largarte cuando oíste la regadera¡¡

--toqué la puerta... no te oí.

--¡¡pues era porque no te podía atender¡¡

Fernando tapándose con una mano la parte que más le gusta a Emilio es muy excitante. El deseo de Emilio molesta a Fernando:

--¡¿y a que esperas para largarte?¡¡

Emilio ya está feliz de lo que ha visto pero le gustaría congelar ese momento. Está seguro que esa carta es muy importante y se la juega: 

--es que yo no entiendo nada de lo que dice esta carta y como tú la querías ver y yo pues... a mí no me interesa.

Y esa carta es toda una tentación y a Fernando no se preocupa de nada más:

--La carta... ¡me la trajiste¡

El impacto de Emilio al ver a Fernando desnudo de cerca y sin barreras es brutal, jadea. Fernando le saca la carta. Emilio lo tiene tan cerca, el miembro viril de Fernando se le mueve al caminar. El pantalón de Emilio va a reventar. A Fernando le queman como un ácido esas miradas pero es más importante la carta. Se aparta de Emilio. Va hacia el cuarto, Emilio le descubre el trasero. Emilio va detrás de ese buen culo que tanto le gusta. Como si todo fuera normal, pese a que le molesta que Emilio lo mire con descaro, Fernando se sienta en la cama. Con las piernas bien abiertas..Y durante esos minutos Emilio siente más placer que en toda su vida. Clava su mirada en esos genitales que se le muestran a sus ojos sin reservas. Fernando sabe que por ese sacrificio suyo se le abre la clave a consumar su venganza. Fernando se levanta y pone su mano en los hombros de Emilio. Eso ya es demasiado. Emilio emite una mueca de placer, de desahogo. Fernando siente ganas de matarlo pero prefiere hacer que no se da cuenta de lo que está pasando. Emilio agacha la cabeza con vergüenza. Le mira esa parte que tanto ha deseado ver desde que conoció a su cuñado y no pensó que vería tan fácilmente. Fernando no se despega de Emilio, le habla con dulzura. Su simpatía derrite a Emilio. Fernando sabe que ese muchacho está en sus manos y por eso sigue adelante:

--oye ¿te puedo pedir un favor y no me harás preguntas?

Emilio suspira fascinado:

--tú me puedes pedir lo que quieras.

Fernando le guiña el ojo y Emilio está muerto por él. Le daría su vida si se la pidiera:

--¿me dejas que me quede esa carta?

--si claro. Es toda tuya. A mi no me interesa nada de lo que me diga ese señor.

--¿y no tienes curiosidad en saber los secretos de tu padre?

--No, el dinero me interesa porque¿a quien no le interesa? pero por mi puedes romper esa carta. Además  está escrita en una lengua rara.Ni que mi padre fuera de otro planeta...

--si bueno... tampoco tiene importancia pero como que yo tengo derecho a saber de esta carta.

--si claro, no te preocupes.

--No le digas a nadie, ni a tu hermano. Yo se lo diré cuando sea necesario, nadie debe saber que yo tengo esa carta.

--si Simón me pregunta le diré que no me interesa nada de lo que me tenga que decir ese señor y la rompí.

--eso... será nuestro secreto.

le guiña el ojo y Emilio se derrite de felicidad, feliz de tener secretos con él.

A pesar de que sonríe, la mirada de Fernando es dura.

--¿es que esta locaza no piensa irse nunca? --piensa para sí.

--bueno... --dice Fernando con un cariño fingido-- me voy a vestir.

Emilio mira y mira con intensidad tratando de memorizar ese cuerpo desnudo que tanto le ha gustado. Fernando se pone unos boxers. A Emilio así le gusta igual y tampoco se va.

--me duele un poco la cabeza,   me quiero recostar. --Fernando.

--si claro.

Emilio se va suspirando y saltando enamorado. Fernando lanza contra la puerta un jarrón con odio:

--¡¡te voy a destruir maricón, locaza de mierda¡¡ ¡no creas que con esa carta ya me has pagado este abuso tuyo¡¡ ¡¡vas a llorar lágrimas de sangre por cada segundo de tus cochinas miradas¡¡ ¡¡vas a pagar por profanar mi cuerpo¡¡

El odio hacia Emilio es casi tan grande como sus deseos de venganza. Se tumba en la cama riendo y mirando esa carta:

--¡¡esto va a ser más fácil de lo que pensaba¡¡


Emilio entra en su recámara. Se tumba en su cama. Está feliz. No deja de suspirar pensando en el cuerpo desnudo de Fernando. 

--es un ángel que ha bajado del cielo y me ha venido a buscar.

Cierra los ojos y se le aparece su abuela vestida de blanco. llora:

--¡No¡ no te dejes cegar por su belleza, mira su alma. No es bueno.

Y Emilio abre los ojos. Sonríe enamorado. Piensa en lo que le ha dicho su abuela:

--es imposible que un chico tan guapo sea malo.

Está demasiado excitado y se masturba pensando en el cuerpo desnudo de Fernando.


A la hora de la comida, Fernando está en un hotel con Carla . Los dos hablan en la cama después de hacer el amor. Ella trata de descifrar la carta de Carvalho.

--¿sabes que quiere decir? --Fernando.

--No pero no tardaré en averiguar la clave.

Fernando se levanta y se empieza a vestir. Carla  desnuda se levanta y lo abraza:

--no me dejes sola tan rápido.

--es que yo quiero regresar a la casa. Emilio tiene que firmar ese poder y tú tienes que volver para estar pendiente de los asuntos de la empresa de tu amante.

--¿y no volverás a ver a Sarai?

--creo que ya no necesito de ella y esa será una buena venganza con ella que no me vuelva a ver.

--¿crees que Emilio te firmará el poder por tu cara bonita?

--Ya lo ha demostrado. Carvalho se estará retorciendo en su tumba, su hijo me dio la clave para destruir su imperio de muerte a cambio de verme desnudo.

--bonita venganza.

Fernando sonríe con odio. Carla  lo besa:

--por tu linda cara los hijos de Carvalho quedaran en la calle. Pero no tienes que fiarte. No sabes si podemos necesitar más a la loca, debes dejar bien contento a ese depravado.

--te juro que ya se quedó contento.

--pero de verdad, te tienes que acostar con él--sentencia Carla .

Fernando la mira con el rostro desencajado de la sorpresa:

--¡¿qué?¿te volviste loca?¡








No hay comentarios:

Publicar un comentario

Capítulo 27 y ultimo

  Fernando mira a Emilio se asusta al ver que lo apunta con un arma.  --¿¿qué pretendes, locaza? ¡¡me vas a matar¡? ¡eres un pinche joto sin...