sábado, 26 de septiembre de 2020

Capítulo 25





Simón se muestra coqueto con Emilio, le hace entender con su cuerpo que se llegaría a acostar con él sólo para tenerlo bajo su poder. Emilio mira a Simón con deseo, le gusta.  Además le pesa su virginidad. Le gustaría acostarse con él y luego traicionarlo como Fernando hizo con él pero sabe que Simón en la intimidad le podría sonsacar cosas que perjudicaría a su guapo y falso cuñado. Aunque tiene tentaciones no lo hace porque ama a Fernando. Simón se da cuenta que Emilio oculta algo y trata de tener a Emilio contento. Le pone la mano en el muslo, Emilio se estremece.

--¿pasó algo? Fernando no sabe nada ¿verdad?

Y esa mirada del guapo abogado estremece a Emilio pero es fuerte pese a que su carne es débil. A  parte que le gusta Simón,  Jose se da cuenta que Fernando es quien más ha salido perjudicado en todo esto. Le quiere dar tiempo a vengarse, no quiere que Simón haga algo en su contra.

--no claro que no.

Simón le guiña el ojo. Siente que sólo con un rato de sexo lo tendrá seguro y aunque es algo que no le apetece nada, sabe que es mucho lo que se juega. Mucha gente iría a la cárcel si los papeles del difunto padre de Emilio llegan a la policía y él sería uno de ellos así que cualquier cosa que haga para evitarlo es poco:

--vamos a mi casa, pasa la noche conmigo.

Aunque está muy seducido por Simón el amor que siente hacia Fernando es más fuerte que todo.

--No, no...yo prefiero ir a mi casa.

Simón insiste pero Emilio no quiere ir, le hace creer que todo está bien que volverá a la mansión pero en realidad. Emilio llega a su antigua casa. Aunque Fernando nunca lo vaya a saber, lo que Emilio quiere es que Fernando sepa que lo dio todo por él, que nunca lo traicionó, que pudo estrenarse con otro pero no lo hizo porque lo quiere a él. De rodillas acaricia a su perro mientras que piensa en el cuerpo desnudo de Fernando:

--aunque él no se entere merece la pena, lo amo. Lo amo a él.

Cierra los ojos, trata de ponerse en contacto con su abuela pero nada. Eso entristece al joven. Con lágrimas a los ojos la llama, le suplica que no lo abandone ahora que más lo necesita. Siente que está pagando por haberla desobedecido y llora. El perro no puede saber nada de lo que está pasando y chupa a su dueño en toda la cara. El amor de su perro es lo único que consuela al atormentado joven





Fernando está apunto de ser disparado. Éste mira con desprecio a Sarai que enloquecida lo quiere matar:

--¡¡mátarme,  eres una asesina como tu padre¡

Y el odio de Fernando la desarma:

--¡¡te amo, te amo¡

Y de rodillas se aferra a sus pies:

--¡¡no me dejes,  yo sé que no eres  gay. Te has sacrificado por la venganza y yo te amo, yo te amo¡

Y por un momento Fernando siente compasión de esa mujer que está totalmente enloquecida por amar a él. Pero no puede evitar recordar lo que pasó esa noche, esa noche en la que mataron a sus padres. Fernando no puede evitar siente un gran odio hacia ese mujer, no puede evitar pensar que el padre de ella violó y asesinó a su madre.

--¡¡te odio, deberías estar muerta¡

Y Fernando quiere agarrar el arma pero Sarai se le adelanta. Fernando cree que lo va a volver a amenazar pero Sarai destruida dice:

--luego me podrás matar, ahora tengo algo que hacer.

Después que su esposa se vaya, Fernando siente un gran vacío, una gran amargura. Lamenta haberse convertido en una máquina que es incapaz de odiar, que sólo sabe hacer daño. Por su rostro deslizan unas lágrimas pero lo que es se lo debe a sus enemigos y eso es un motivo más para odiarlo. Ya su venganza está culminando pero ser feliz no entra en sus planes, no sabría como hacerlo. Piensa en Pablo  con amor, pero también con culpa. Él y sus viejitos ha sido lo más puro de su vida pero siempre ha tenido que vivir con miedo, con la sombra del pasado



Rodrigo está en su casa. Sale de la ducha. Pablo  ha viajado durante horas, llama a su puerta.

--¡¡¿tú?

Rodrigo lo mira con deseo, Pablo lo mira con dolor. Lo besa apasionadamente. Rodrigo está sorprendido pero se deja hacer. Pablo  se queda desnudo ante un perplejo Rodrigo.

--quiero que me hagas el amor.

Rodrigo se da cuenta que Pablo está mal, que no actúa en sus cinco sentidos pero no puede desaprovechar esta ocasión y lo estrecha entre sus brazos.

--espera un momento.

Y Rodrigo, que le está besando en el torso, se para. Lo mira, jadea:

--¿¡qué pasa?

--con una condición, tienes que grabarlo con una video cámara.

Rodrigo no entiende lo que está pasando pero la tentación es demasiado grande. Tiene desnudo ante él el chico del  que lleva años enamorado y sólo un pequeño detalle le impediría hacer el amor con él.


Sarai también ha hecho muchos kilómetros, llega a su padre. Se enfrenta a sus padre. Directamente le dice que ya sabe que es un monstruo. El hombre se derrumba en la butaca de su despacho, se da cuenta que el día que tanto ha temido ha llegado. El odio que ve en los ojos de su hijo se lo dice. Sarai lleva la pistola en la mano y lo está apuntando. Quiere saber si mató a los padres de Fernando, si violó a la madre pero Augusto hizo eso demasiadas veces como para acordarse de todos. Muy abatido dice:

-- pero si Fernando lo dice será.

Sarai mira a su padre horrorizada y el padre Sarai quiere avisar a sus compañeros de que han sido descubiertos pero Sarai lo mata totalmente enloquecida, es su forma de demostrarle a Fernando que lo ama



.



Pablo  se levanta de la cama llorando. Se siente violado. Rodrigo está desnudo en la cama. Ha disfrutado haciendo el amor con él pero ahora le duele que  lo mire con rabia.

--no me hagas sentir como si te hubiera forzado.

Las lágrimas de Pablo  lo lastiman, Pablo agarra la cámara que ha grabado todo el acto. En realidad es lo único que le importa. Rodrigo sale desnudo lo quiere abrazar pero Pablo lo rechaza con odio:

--¡¡no me toques¡

Rodrigo lo mira muy triste:

--no me hagas esto, yo te amo y tú te me ofreciste.

Pablo  guarda la cámara en su bolsillo  y lo abofetea con odio:

--¡¡no me vuelvas a tocar en tu vida¡

Rodrigo se queda casi en shock. No entiende cómo ese chico que segundos antes dejó que lo explorara sin reservas ahora lo trata con todo odio. Pablo  siente como Fernando que la venganza es lo único que importa aunque ésta te destruye. Le duele haber mancillado su amor por Fernando, lo más hermoso que tenía  pero el daño que él le ha hecho se lo tenía que devolver. Se viste, tiene prisas en irse. Rodrigo lo alcanza casi en la puerta:

--no te vayas así--dice desesperado-yo no soy un miserable. Yo te amo, estoy dispuesto hasta casarme contigo yo...

No puede decir nada más porque Pablo  se va dejando al hombre desesperado





Fernando bebe solo en la mansión. Nadie le dice nada pues lo temen. Una empleada entra corriendo. Le entrega un sobre y se va disparada. Fernando lo abre ansioso pues es de Pablo. Hay un cd con una nota. Reconoce la letra de su amado. 

"Hoy ha muerto mi amor por ti, tú lo has matado. Hasta hoy nunca había estado con otro hombre. Hoy he manchado mi amor por ti y te odiaré por eso. Disfrútalo.  Te lo dedico. Ya tienes tu venganza."

Fernando está enloquecido. Pone el cd con desesperación en el computador del despacho. El contenido deja al hombre conmocionado. Llora sangre al ver a Pablo acostándose con otro. Él si le ha sido fiel a ese amor, nunca ha estado con otro hombre. Lo odia y se odia por eso, llora sangre. Estrella la computadora contra el puso y destruye todo lo que hay en el despacho. Grita como un loco. Tiemblan los cimientos de la mansión. Las empleadas se santiguan asustadas.


Días después, Emilio y Pablo  cada uno en su antigua casa tratan de olvidar a Fernando. No quieren ver a nadie. Emilio  a Simón y Pablo  a Rodrigo. Fernando por su lado se siente mal por el abandono de su amado y se la pasa borracho. Ignora los llamados de Carla  que desea que ponga todas las propiedades de Carvalho a su nombre. Ella lo va a ver y trata de que firme  a la fuerza pero siempre se va sin lograr su objetivo. Sarai está escondida, se ha hecho un gran revuelo por el asesinato de su padre. La policía no sabe que ha pasado. Sarai investiga por su cuenta. Descubre que alguien les hace chantaje a todos los implicados en los asesinatos. Llama a Fernando:

--nada ha cambiado... asegurate que tu complice no te traiciona.

A pesar de su borrachera, Fernando la escucha:

--¿de qué hablas?

--nadie ha vengado la muerte de tus padres. Están usando la información que conseguiste para chantajear a los implicados. No para hacer justicia.

 Fernando no puede creer que Carla  lo haya traicionado.


Sarai logra entrar en el apartamento de Carla  y encuentra el dossier con el que  Carla está chantajeando a todos los implicados en la muerte de sus padres. En la puerta es sorprendida por Carla. Las dos mujeres se pelean por ese dossier. Carla  no sólo quiere que los asesinos paguen con la cárcel, quiere dinero. 

--¡¡eres de lo peor, almenos yo no tuve la culpa de nada¡¡

--¡¡eres patética, yo obligué a Fernando a casarse contigo. él siempre fue mi amante.… Soy yo quien le gusta.… Tú le das asco…¡

--¡maldita zorra¡

En la pelea se dicen de todo, Carla  confiesa que ella mató a su madre, que no fue un suicidio, que la mujer sólo se iba a ir de la ciudad. Sarai como loca logra sacar el arma que está en las manos de Carla  y dispara acabando con su vida. Fernando tarde en llegar, se sorprende al encontrar a Sarai con un arma junto al cadáver de su amante.

--¡¡¿¿qué has hecho?¡¡ ¡¡estás loca¡

--Mi madre no se suicidó. Ella mató a mi madre e hizo que pareciera un suicidio. Llevó su venganza demasiado lejos…

Fernando no puede creer lo que Sarai le cuenta. Ésta pone el dossier en las manos:

--que la policía haga justicia,  Dios hará el resto.  Mi padre está muerto.

Fernando la mira horrorizado:

--¿¡lo mataste tú?

Fernando está muy impactado:

--¿¿lo mataste tú?

Sarai sonríe con amargura, lo besa en los labios. Él está de hielo.

--te amo.

Y Sarai se pone el arma en la boca. Fernando cuando se da cuenta lo que Sarai pretende trata de quitarle el arma pero Sarai se dispara ante un horrorizado Fernando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Capítulo 27 y ultimo

  Fernando mira a Emilio se asusta al ver que lo apunta con un arma.  --¿¿qué pretendes, locaza? ¡¡me vas a matar¡? ¡eres un pinche joto sin...