sábado, 26 de septiembre de 2020

Capítulo 24

 



Aunque su venganza está apunto de cumplirse, Fernando no se siente feliz. El odio que ha visto en los ojos de Pablo  lo está matando. El guapísimo hombre llora sangre:

--¡¡que me importa que me odie¡ ¡¡yo lo odio más¡

Está lleno de odio, sabe que está amando a Pablo con la misma intensidad con lo que lo está odiando y eso lo tiene mal. Y como un loco llorando y gritando empieza a tirar por los aires todo lo que encuentra. Las empleadas lo están mirado:

--¡¡¿¿ustedes que miran?¡

Las muchachas comentan que se volvió loco por el abandono de su esposo. Fernando lo ha oído y no soporta que lo traten como a un marido abandonado:

--¡¡a mí nadie me abandona,  fui yo el que abandoné a mi esposa y a mi esposo¡

Las empleadas lo miran como loco y Fernando les lanza un jarrón:

--¡¡yo no estoy loco,  yo no estoy loco¡

--es un desquiciado. Ese jarrón vale una fortuna.

--Y puedo tirar lo que se me pegue la gana ya que está casa es mía¡

Y Fernando tira jarrones y figuras que valen una fortuna hacia donde están las empleadas hasta que desaparecen y luego él cae en el piso retorciéndose de dolor. Tocan al timbre, una empleada aunque con miedo sale. A la pobre le había tocado en "suerte" ya que ninguna quería hacerlo y se lo jugaron a los chinos. 

--¡¿¿¿qué haces aquí?¡

Alguien llama muy insistentemente pero Fernando no quieren que hablan:

--¡¡no quiero ver a nadie¡¡

Es Carla  la que quiere entrar. Va por la cocina:

--¿¡¡es que están todas sordas¡¡

Las chicas asustadas le dicen que el señor Fernando se ha vuelto loco después de que su esposo lo abandonara. Carla  entra al salón. Todo está roto, Fernando llora como un niño.

--¿¡¡qué ha pasado?¡

Al oír la voz de su amante, Fernando siente pena de que lo vea así. No quiere que nadie se entere que está sufriendo porque ama a Pablo, ama al hijo del asesino de sus padres. Se levanta, se traga sus lágrimas.

--¿¡qué es todo esto?¡

Muy duro y sin mirarla a los ojos, Fernando entrega a Carla  las pruebas de los crímenes de Calvalho.

--entregaselos a la policía así acabaremos con todo esto.

Fernando quiere olvidar ya la venganza, con la organización en la cárcel ya todo acabó y lo que más le duele es que siente que su vida también acabó porque a Pablo  lo ha perdido para siempre. Carla  revisa esas pruebas. No puede creer que todo les haya salido tan fácil:

--si esto... es... Esto es más de lo que necesitábamos.

Los ojos de la mujer brillan de ambición:

--por fin  tantos años de espera.

Fernando está muy abatido:

--ya todo acabó

--No, todo no ¿que vas a hacer con todo este imperio?

--No lo sé. Lo donaré.

--parte de esto es mío.

--Pues te lo regalo todo.

Y Carla  saca un documento:

--si quieres me firmas esto..

--¿es que ya lo tenías preparado?

--¡¡claro que no,  no me ofendas¡

Y Fernando está muy abatido:

--bueno ya nada me importa, quiero estar solo. Lleva esto a la policía.

Y a Carla  no quiere que se le note que lo que siempre ha ambicionado es tener todo lo que Fernando ha decidido traspasarle:

--¿y el poder?

--luego lo firmo.

Aunque no la ha movido sólo el odio sino también la ambición y el deseo, Carla  no quiere separarse de Fernando. Le gusta acostarse con él y así se asegurará que firma. Lo mira coqueta:

--¿no quieres que me quede?

--quiero estar solo.

Fernando sube las escaleras tambaleándose. Carla  no tarda en irse. Le queda la puerta abierta y Sarai  entra sin que nadie la vea. Lleva un arma en las manos, su mirada es la de una loca


Emilio camina por las calles, su perro shin-chan es su único apoyo. El chico está muy abatido, está destrozado por todo lo que ha pasado con Fernando.

--me odia,  me odia.

Emilio ha sido feliz pensando en que Fernando lo amaba, tiene sus labios el sabor de los suyos. En sus ojos grabado  su cuerpo desnudo. Cae en la acera. Llora. Sólo por haberlo besado, por haberlo visto desnudo ya hubiera hecho lo mismo:

--¿porqué me engañó?

Lo que le está destrozado e sel engaño, si no lo hubiera deseado lo habría aceptado pero se había hecho a la idea de hacer el amor con él y ahora le duele. El perrito le chupa la cara eso lo anima pero no mucho:

--no sé si debí traerte conmigo.¿dónde voy a ir? No tengo nada.

El perro le sigue chupando como diciendo que quiere estar con él. A Emilio lo que más le duele es que sigue virgen, que no va a vivir ese hermoso amor con el que lleva tiempo soñando, toda la vida. Cierra los ojos, trata que su abuela lo ayude. La ve sólo un momento. Llora. De repente una mano se posa en los hombros de Emilio. Se estremece pensando en Fernando. Lo mira a los ojos. Se sorprende al ver que es Simón. El guapo chico lo mira seductor:

--¿¿qué es lo que pasa?

--No nada.

--¿Viste los documentos de tu padre?

--Era un asesino.

Y Simón le pone la mano en el muslo:

--el poder es lo más importante, tú debes seguir su destino.

--¿sólo?

Y Simón tiene la misión de que Emilio esté de su lado sea como sea sin contar que piensa sacarle mucho dinero:

--Yo estoy a tu lado, yo estoy dispuesto a lo que quieras.

Emilio siente que se da cuenta que Simón y Fernando querían lo mismo de él pero por otros motivos. Desea saber cuan lejos está dispuesto a llegar.

--¿hasta hacer el amor conmigo?

Simón le guiña el ojo:

--vaya, que directo. Sí, voy a hacer el amor contigo pero me tienes que dar esos papeles. Tienes que firmarme todo lo que yo te diga. Vamos a mi casa, ahí tendrás todo lo que quieras de mí.

Emilio le sonríe con amargura:

--llegaste tarde --piensa.

Esta tentado a traicionar a Simón como Fernando lo traicionó a él y después de hacer el amor pues nada. El abogado de su padre es guapo y buen candidato a su primera vez. Recuerda que cuando lo vio siempre pensó que era el hombre que iba a hacerlo feliz:

--¿y si me equivoqué? Y si es Simón con quien me voy a acostar? --piensa.

Mientras que Simón espera para que vaya con él. Está dispuesto a acostarse con él por dinero y poder. Emilio se da cuenta que al hombre no le interesa pero está dispuesto a darle lo que desea. Emilio piensa que tal vez debe traicionar a Fernando para intentar parar lo que pretenda hacer y así no lo traiciona del todo a Simón tras hacer el amor.


Sin imaginar que Sarai con un arma está buscándolo en la casa, Fernando llora oliendo la ropa que dejó Pablo en la casa. Sarai lo busca en cada habitación. Lo ama, lo desea enloquecidamente.

--¡¡eres mío... mio¡

Sarai tiene la mirada enloquecida. Fernando se tumba sobre esa cama en las que tantas veces hizo el amor con Pablo . Recuerda su primera vez, todos los momentos de amor vividos con ella. Toma un retrato  de la pareja. La estrella contra el piso:

--¡¡te odio, basura¡¡ ¡¡te voy a destruir¡

La puerta ha quedado entreabierta, Sarai escucha como loca:

--me ama a mí,  me ama a mí.

La mujer está enloquecido. De repente, Fernando se arrodilla frenta a la foto la rescata de entre los cristales y la besa triste y se atreve a confesar lo que nunca quiso aceptar:

--te amo,  debo odiarte pero te amo. Eres la única persona que me ha importado. Aunque te tenga que destruir te amo Pablo.

Y Sarai no soporta ver que su amado ama a otro y apuntándolo con el arma entra:

--¡¡te voy a matar, maldito¡

Sarai está desquiciada y aprieta el gatillo,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Capítulo 27 y ultimo

  Fernando mira a Emilio se asusta al ver que lo apunta con un arma.  --¿¿qué pretendes, locaza? ¡¡me vas a matar¡? ¡eres un pinche joto sin...