Fernando está pálido y deshecho. Asiste al funeral de Jacinto con incredulidad y dolor. Además siente mucha culpa. Dos veces se dejó llevar y dos veces ha sufrido una pérdida. Mirando al féretro de Jacinto llora sangre y pide perdón:
--No sé porqué allá arriba se han cobrado mi error en quien menos culpa tiene.
Con mucha emoción y pena, Fernando pone su mano sobre el ataúd.
--tanto que me quisieron y tanto que yo los hice sufrir --dice para sí-- tú tenías razón, soy de lo peor... me debieron dejar morir.
Y Fernando cae de rodillas llorando. Su dolor sólo es comparable a su odio:
--¡¡fue Pablo --dice para sí-- Es ese maldito joto que me busca y me condena al peor de los castigos¡¡ ¡¡qué no lo vuelva a ver porque no respondo, no respondo¡¡
Y a pesar de lo humillado que se siente, a pesar de las miradas de burlas y las críticas de todos, Pablo ha asistido al funeral. Ha sido más fuerte el amor. Con la voz rota y poniendo su mano en los hombros de su amado, Pablo le dice:
--lo siento mucho.
Y Fernando se pone como loco. Se levanta y le da un empujón:
--¡¡esto es un lugar sagrado¡¡ ¡¡no hay lugar para un joto como tú en este lugar¡¡
--pero --solloza Pablo .
Él no lo deja hablar. Fernando le agarra del brazo:
--¡¡Vete, no te quiero a ti¡¡ ¡¡Manchas con tu presencia la memoria de mi abuelo¡¡ ¡¡vete¡¡
Y el odio que ve en los ojos de Fernando es tan grande que se da por vencido y abandona el lugar en medio de las burlas de todo. Fernando entierra a su falso abuelo con mucha pena.
Fernando se siente solo y perdido en la casa. La soledad lo destroza. Se refugia en su cuarto y mira esa medalla que lo identifica como quien es en realidad. Esa medalla que es la prueba de lo que fue y de lo que debe hacer. Siente que los dos momentos de felicidad, aunque no lo quiere aceptar, vividos con Pablo era algo a lo que no tenía derecho y por eso como castigo se ha quedado solo. Se seca sus lágrimas
--juro por la memoria de mis muertos que voy a destruir a ese maldito que acabó con mi vida ¡¡lo juro¡¡
Y tiene en mente el rostro de aquella bestia que tanto daño le hizo. Recuerda su rostro y ese medallón de trébol dentro de un triángulo.
Por su lado, Pablo no se resiste a perder a Fernando.
--es el ser más maravilloso que he visto en mi vida. Lo que pasa es que está mal. Ha sufrido mucho pero él me quiere, me quiere.
Sus padres están enojados por las burlas de la gente del pueblo y lo tienen castigado sin salir. La madre está siendo señalada como la culpable por haber sido madre soltera y el marido de ésta también la culpa.
--¡yo te acepté con un hijo de otro pero no voy a permitir que tu bastardo me llene de vergüenza¡¡
Pablo se escapa aprovechando la discusión . Muy nervioso va a casa de su vecino pero Fernando no lo deja hablar. Lo agarra del brazo y lo tira a la calle y con mucho odio dice a la gente que va pasando:
--¡¡Este joto se va regalando¡¡busca macho¡¡ ¿¿quien se anima?¡¡ ¡¡sus padres deben saber que tienen como hijo a la puta mayor del pueblo. Sólo les va a traer vergüenza¡ No hace más que acosarme. Quiere ser el juguete sexual de todos los chicos del pueblo¡
Todos se ríen de él. Su padrastro le da una paliza delante de todos.
--¡¡a palos te convertirás en hombre¡¡
Nadie hace nada. A Pablo lo que más le duele es que Fernando lo ignora y se encierra en su casa.
La familia de Pablo se va al día siguiente, el pueblo de alegra de la marcha de la familia como si fueran unos apestosos y aunque está muy dolido con él a Pablo le da pena que Fernando no haya querido despedirse de él. Fernando lo ha visto marchar desde la ventana de su casa. Y aunque por un lado se siente más tranquilo por otro lado a Fernando le duele que se vaya Pablo. Se siente muy mal por todo lo que le ha pasado, queda en un rincón de su alma un lugar para esa nueva herida.
--¡¡es lo mejor, lo mejor para ti es que te alejes de mi¡
Fernando se siente pésimo. se siente perdido y con más ganas de venganza que nunca. Piensa en sus padres muertos, en esos abuelos que la vida le dió. Empaca cuatro cosas y con una bolsa al hombro decide cambiar de vida.
--tengo que vengar la muerte de mis padres y ya llegó el momento. Aquí nunca lo voy a lograr. No sé cómo, no sé dónde pero espero que mis padres me den una señal para que sepa lo que tengo que hacer.
Y muy triste, con mucho dolor Fernando deja el pueblo sin decir nada a nadie. Camina hacia la carretera sin rumbo fijo, sin saber cómo va a vivir, dónde va a vivir. Camina durante horas. Es mediatarde cuando una mujer lo encuentra en la carretera. Es una mujer que tiene el poder y el dinero escrito en la mirada. Además es una mujer con ganas de venganza. De repente estos sentimientos quedan atrás. Ve a un chico muy guapo con unos jeans y un trasero muy bonito que le gusta mucho. Se le para en frente:
---¿te puedo llevar?
Y Fernando la mira serio.
--que guapo es --piensa esa mujer.
La agresividad de Fernando la seduce aún más. Fernando sube en el lujoso carro de la mujer que es mayor que él.
--¿donde te llevo?
--donde tú quieras.
--Genial. Me llamo Carla¿y tú?
--Fernando.
Ella lo mira seducida. Y a pesar que Fernando se muestra distante, Carla logra sacar su lado salvaje y en una habitación de hotel fornican como bestias. Después se quedan los dos desnudos el uno al lado del otro. No hay palabras. Fernando se siente desahogado. No hay culpa porque no hay sentimientos. Ella que es una mujer ardiente y apasionada se siente feliz de tener a ese joven tan apuesto en su cama. Enciende un pitillo y Fernando fuma con ella. Se quedan mucho rato en silencio:
--¿en que piensas? --le pregunta ella.
--en nada..
--eres un chico extraño.
--bueno lo tuyo tampoco es muy normal.
Él habla muy serio y no la mira. Ella lo mira con deseo porque le gusta mucho y está feliz:
--sabes no sé porque pero siento que tú y yo nos podemos llevar muy bien, si quieres te puedes quedar conmigo.
--bueno --dice el con indiferencia.
Fernando se da la vuelta y Carla lo abraza por la espalda:
--¿siempre ere así de indiferente? ¿nada te importa?
--así es y si lo aceptas que bueno y sino mejor me levanto y me voy.
Y Fernando hace intenciones de levantarse pero la mujer, totalmente seducida, lo retiene:
--no, no te vayas. Yo te acepto como eres.
Y Fernando no hace ninguna muestra de interés en esa mujer. Los dos se quedan dormidos en la misma juntos pero muy separados. Los dos tienen un mismo sueño, los dos sueñan con un mismo hombre: el mismo hombre del trébol en un triángulo. En sus sueños hay dolor, hay sangre... Fernando se levanta sobresaltado. Carla canaliza más sus emociones. Él la mira aunque en el fondo se siente refugiado en esa mujer tampoco se lo va a agradecer. Prefiero no hacerse preguntas y tomarse la vida como venga.
Al amanecer, a Carla la despierta el ruido de la ducha. Y le excita mucho pensar al guapo Fernando desnudo bajo el agua y quiere ir hacia el pero lo hace sigilosamente porque le apetece sorprenderlo. Ve al desnudo joven frotando su cuerpo con sus manos y ella se muere por seguirlo pero también tiene curiosidad en saber cosas de ese chico que es más bien misterioso pero son todas esas cosas extrañas alrededor del joven la que la seducen. Y por supuesto el monumental físico del chico. Y registra en la bolsa de las cosas del chico. Ve su documento falso y también su medalla que lo identifica como Fernando de la Torre.
--¡¡no puede ser¡¡
Fernando sale en ese momento de la ducha. Una toalla cubre su desnudez. Se enoja mucho al ver a la mujer registrando sus cosas.
--¿¿qué haces?? ¡¡esto es mío¡¡ --dice Fernando arrancándole el medallón de las manos.
Carla se altera mucho:
--¡¡Fernando de la Torre¡¡ ¿¿es que tienes dos identidades??
Fernando se pone muy nervioso:
--¡¡no sé de qué me hablas¡¡ ¡¡creo que será mejor que me vaya¡¡
Carla está muy sorprendida por todo lo que descubierto:
--¡¡claro... eres tú... a ti no te mataron... Ese desgraciado no te mató¡¡
Fernando se descontrola:
--¿¿¡qué sabes tú de ese maldito que mató a mis padres?¿¿qué?
--lo sabía... sabía que eras tú.
--¿¿¿quien eres tú?¿por eso te acostaste conmigo?¿¿¿quien te manda?¡¡ --dice Fernando zarandeando a la mujer con violencia.
Carla se aparta de él:
--¡¡a mi no me manda nadie¡
--¡¡no te creo¡¿¿y cómo sabes de mi historia?
--porque ese mismo hombre mató a mis padres.
Fernando la mira incrédulo:
--¿qué?
--Yo tenía 12 años. Augusto Pineda mató a mis padres y se quedó con una fortuna que era mía¡¡yo me tuve que prostituir desde niña y ese desgraciado se hizo aún más rico con mi dinero.También parte de su fortuna es tuya.
--¡¡a mi no me importa el dinero, yo solo quiero vengar a mis padres¡¡
Y Carla no le dice que a ella le motiva más el dinero pero se da cuenta que los dos tienen un fuerte enemigo en común:
--necesitamos unirnos para vencerlo --le dice.
--¿qué sabes de él?
Muy seria y con repugnancia ella le dice:
--soy su amante.
Fernando la mira incrédulo.
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